La industria del ron en la República Dominicana
POR MARCOS SANTOS. – Tomar bebidas alcohólicas no es algo obligatorio, eso queda a opción de cada persona, si le gusta o no.
Todo consumo en cantidades excesivas, es malo para la salud, y para el bolsillo.
Comer mucho es malo.
Beber mucho también es malo.
La Ley establece que las Casas Licoreras o de cualquier otra bebida que contenga alcohol, estas deben advertir que su consumo puede ser perjudicial para la salud.
Así sucede con los cigarrillos.
Con tantas muertes de personas por consumo de alcohol adulterado en las ultimas semanas en nuestro país, es de suponer que las ventas de rones de marcas bien reconocidas, han disminuido.
Eso puede ser momentáneo.
Ahora bien, lo que no vemos bien es la campaña de descredito y con evidente propósito de hacer daño, que se ha desatado en las redes sociales en contra de marcas de ron, que son emblemáticas en la República Dominicana, y que se han posicionado con mucha fuerza en otros países.
Brugal, por citar un solo ejemplo.
Repito, beber ron no es obligatorio.
Pero al mismo tiempo debemos pensar en el desarrollo del país, y lo que implica la industria del ron dominicano en el mercado nacional y los mercados internacionales.
La Casa Brugal, debe tener miles de empleados en todo el país.
La Casa Brugal, de seguro paga cientos, quizás miles de millones pesos al fisco, y ese dinero ingresa al gobierno, y el gobierno lo invierte en proyectos de desarrollo.
La Casa Brugal, ofrece apoyo en términos de patrocinio a las actividades artísticas, deportivas, culturales, educativas, y en prácticamente en cualquier proyecto de desarrollo para nuestro país, ahí está esa legendaria y emblemática marca.
Son muchos los aportes de esa y otras marcas de ron, que han realizado a las buenas causas de la nación.
Pensemos en aquellos que viven directamente e indirectamente de la industria del ron dominicano.
Ahora bien, es deber de nuestras autoridades, dar con los responsables de la adulteración y falsificación de bebidas alcohólicas en el país, y aplicarles todo el peso de la Ley.
Pienso, que todo debemos tratar de contribuir para detener esa lesiva y criminal práctica.
Pero jamás, atentar con nuestras empresas debidamente establecidas, y que contribuyen al desarrollo nacional.
A esas empresas hay que protegerlas.
A las ilegales debemos sacarlas del medio.
No pensemos, ni actuemos a la ligera.